Pero mucho se habla, y poco se hace, quizás producto del desconocimiento, pero,.. si las personas con características especiales, nos cuentan de los inconvenientes que les presenta nuestra ciudad, ¿ porqué ignoramos sus verdades, y nos sentimos omnipotentes, frente a una realidad a la que vemos, pero que de fondo no enfrentamos?
Nuestra ciudad, se ha convertido en un verdadero emporio de barreras arquitectónicas, que llevan irremediablemente a las barreras sociales, basta con recorrer su micro centro, o en su defecto concurrir a sus principales edificios, sean estos estatales o privados, observaremos que lejos estamos de lo que pregonamos.
Nuestros políticos y funcionarios, a la hora de hacer declaraciones, son sumamente ricos en cuestión de dialecto, pero muy alejados de la realidad se muestran a la hora de comunicarnos de sus acciones a favor de la problemática. No existieron, ni existen políticas en torno a la discapacidad, y esto es palpable, no solamente a simple vista, sino en cuanta declaraciones les solemos escuchar.
Por el lado de lo privado, la contemplación a las capacidades de quienes “consideramos discapacitados” es casi nula, solo rara excepción, el empresariado local, está sumergido en sus problemas, que a ciencia cierta son muchos, y se prioriza el ingreso al mundo globalizado, sin detenerse a pensar en el semejante.
Valga para esto, aquella célebre frase de un viejo caudillo político, que sólo por lealtad y amor a su partido, aceptó el cargo de ministro de economía, cuando la situación era insostenible, y después de reunirse con los altos popes del empresariado, resumió el resultado de esa reunión en “Les hablé con el corazón, y me metieron las manos en el bolsillo.”
Sólo las instituciones privadas, creadas por necesidad, ante la falta de respuesta de los organismos oficiales, dan respuesta a las necesidades de las personas con discapacidad. “Nacimos Para Ti, Afapdi, y Manhala, son claro testimonio de las alternativas que presenta nuestra ciudad, ante la pasividad de quienes tienen el poder de decisión en sus manos, que desnudan su impotencia ante la problemática, queriendo escudarse en una frase nula de nulidad absoluta, “ que las instituciones deben estar unidas, porque de lo contrario, es muy difícil crear políticas”.
Si todos nos esforzamos en aportar un granito de arena, seguramente iremos en camino de tener Una Ciudad Para Todos como pregonamos, pero si miramos hacia otro lado, y no nos preocupamos por la suerte de nuestros pares que mas necesitan, seguramente estamos confinados al fracaso.
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